SEGUNDA ANTOLOGÍA
Por una rosa (II)
¡Aquí no acaba, sandeces!
Me lo pagaréis con creces.
Soltad a la preciosa rosa
Apioládme a mí primero
Intentadlo que no muero.
Y mi corazón -querida-
solloza y suspira por ti
y aunque la lucha es reñida
nadie me moverá de aquí.
Íñigo Ovejero "El vate"
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