Los libros
La playa se otea en el horizonte con su cielo azul marino
y sus olas robustas como un pino, azotan al vecino
-sin hacerle daño-, que vino a visitar la costa.
La mar se amplia, dentro de la angosta
locura que invade mi ser,
y me enamoró de mucho leer
bellas historias y curiosas moralejas
y le veo al lobo las orejas.
La arena se parte en pequeños granos
y su fracción nos hace declararnos
en la salada mar, donde aventureros
fueron protagonistas, ¡que alegría leeros!
Mientras pienso en más cosas a más de la playa
pienso que en los libros nunca hay morralla
y en las ciudades más pobres
hasta en las ciudades más prestigiosas
se abre la lectura y sus robres,
viendo brujas horrorosas
hasta jóvenes gentiles y bellos
con todos sus destellos.
Desde que vi un libro empecé a leer
aprendí nuevas palabras y vocabulario
habían formas diferentes de ser
y lei más de un libro legendario.
Y este poema les dedico
y así os lo certifico.
Iñaki Bécquer
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