domingo, 15 de marzo de 2015

Pálida la cara


Pálida la cara

Pálida la cara
del ser de rubio pelo
con ojos grandes y maravillosos
rompe el hielo,
no el de mi actitud extraña
sino el de sus labios rojos.

De su boca salen humos
y de ella corren murmuros.

Cenizas en el suelo caen
y mientras mece su mano
sostiene un cigarro
y a veces creo que me mira
y me atrae.
Pero las diferencias nos separan
sin nombrar mi timidez.

Seguro que mira el móvil
y con su amiga de los ojos
maquillados
se ríe mientras el paisaje por mi
ventana corre como el fugaz tiempo.

El tiempo se me hace largo
sin tener a alguien a mi lado.
Tengo ganas de que me abracen
y de besar yo a alguien
que yo quiera y a mí me ame.
Y perderme en su cuerpo...

Yo, mientras, llego a mi destino:
el pueblo maldito.
Yo, mientras sigo ligado a mi
sueño y perdido entre la 
arrogancia
y la mediocridad de las personas.

Íñigo Ovejero "El Vate" 15-3-15

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