domingo, 2 de marzo de 2014

Rumbo hacia la salvación- Cap. 1 Vida juvenil


RUMBO HACIA LA SALVACIÓN

Capítulo 1- Vida juvenil

Han pasado unos cuántos años, pero aún, recuerdo aquella vida fantástica, donde casi todo era perfecto. Mas, voy a rebobinar hasta mi natividad.
Nací un veintiuno de septiembre, en un hospital de Madrid. Mis padres tenían varios nombres en mente para mí, como: Fernando, José María, Victor, Santiago... Quedáos, mis queridos lectores con este último, Santiago. Soy hijo de Herrero- no como profesión, como apellido- y también hijo de Pérez. Sí, Santiago Herrero Pérez. Un nombre típico, con apellidos típicos y con una familia muy querida y típica. Pero yo, al contrario, soy una persona especial. Modestia aparte, soy muy tímido, pero también una persona amiga de mis amigos.
A los cuatro años, ya sabía leer y a los cinco, sumar, restar. Todo eso gracias a las prácticas que hacíamos en casa. En general, sacaba muy buenas notas, y el estudio, era, es y será la pasión y la llave hacia mi futuro.
Pero, como todos en la vida, tenía mis puntos flojos: el dibujo y la gimnasia.
Digamos, que en general, dibujando, no soy muy mañoso y haciendo manualidades, no os quiero ni contar. 
La gimnasia no era lo peor, pero yo iba muy desacorde con los movimientos, no coordinaba. En cuanto a EGB, mis notas se distinguían entre las demás, menos en las asignaturas maría
Siempre me ha encantado lo difícil pero eso, no deja dudas a los profesores de mi cognición y mi curiosidad por todo en general. 
En 1º de BUP, descubrí mi afición, una afición que duraría toda la vida, la escritura. Escribí (y escribo), poesías y prosa, y profesoras de distintos lugares de España valoran mi lírica y mi forma de escribir. También la literatura me acompañará de por vida y en los certamenes en que he participado, no me he ido con las manos vacías, siempre me llevaba distintos premios. Ahora, voy a estudiar en la Universidad Complutense y mi carrera es filología española. Pero, espero con ansias viajar hacia Amsterdam. La ciudad es bella, preciosa, con sus molinos y su aire puro. Aún, tendré que esperar una semana para ir a Holanda. Viajaré por primera vez a un país extranjero. Esta vez, por mi propia voluntad y para olvidarme de la polución de Madrid, sobretodo de la M-30. Esperaré un poco más.

Íñigo Ovejero "El vate"


No hay comentarios:

Publicar un comentario