RUMBO HACIA LA SALVACIÓN
Capítulo 5: Criminal en serie
Después de mi pesadilla, se anunció en el avión que aterrizaríamos en un minuto en el aeropuerto de Amsterdam.
Por fin, podía quitarme los nervios y relajarme con Silvia.
Así que aterrizamos y dimos por concluída la ida hacia Amsterdam. Recuerdo que dos de los españoles se fueron hacia la sala de espera, recibiendo alegremente a unos paísanos. Podría descartar que no eran sospechosos. Pero aún temía de los ocho españoles y los diez extranjeros.
Mas, a mi mi mismo, me dije: "Relájate con la mejor fémina que conoces". Así que, no rehusé el deseo de mi subconsciente y salimos del aeropuerto. Vimos la maravilla de Amsterdam y tenía todas las de la ley para declararse ciudad más bella del mundo.
Un diálogo con Silvia plasmó mi opinión:
-"¡Qué ciudad, qué belleza!"
-"No pierdes razón, Santiago. Tenemos que disfrutar todo lo que tiene la ciudad al máximo".
-"¡Pues, como dirían los franceses, allez!
Nos íbamos alejando del aeropuerto, pero no lo suficiente como para escuchar unos gritos de terror. Solo tuve que girar mi cabeza para ver aquel apagón. Sí, hubo un corte de la electricidad y ya pensaba lo que pudiera pasar. Silvia, se asustó, y los dos nos quedamos sin movimiento, fríos, congelados. Hasta que renació la luz. Y también los gritos. La gente atemorizada, sin saber con exactitud lo ocurrido corría y huía.
Entonces, mi subconsciente me volvió a aconsejar. Aquel consejo no era el que pensáis, sino todo lo contrario.
Tenía que ver lo que pasaba. Increíble, pero cierto. Volvíamos al aeropuerto y vimos a la policía.
Pero, lo más impresionante, eran los cadáveres de los pasajeros, no todos.
Sino el de aquellos españoles y extranjeros que observé antes de forma tan sospechosa. A partir de aquel momento, mi subconsciente pedía concentración.
Íñigo Ovejero "El Vate"
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